
Mónica Wills Silva
Director, International Programmes
Nuestra recomendación es seguir las directrices de las autoridades sanitarias del país en que te encuentres. Nuestra especialidad no es la medicina o la epidemiología, sino las ciencias del comportamiento. Las ideas recogidas en este artículo van dirigidas a ayudar a los lectores a cumplir con las recomendaciones de las autoridades de salud pública.
Al 16 de marzo el número de casos del coronavirus a nivel mundial había pasado los 168,000. El crecimiento es exponencial – los casos fuera de China se están duplicando cada 5 días. Se predice que el número de personas con el virus que aún no presenta síntomas es mucho mayor que los casos detectados. La capacidad de los sistemas de salud es limitada. El COVID 19 no es “una gripa como cualquier otra” y la población mayor y/o con condiciones de salud preexistentes está en mayor riesgo.
El cambio de comportamientos individuales y colectivos puede ser crucial en aplanar la curva de contagio. Es decir, desacelerar la velocidad de contagio para que nuestros sistemas de salud puedan afrontar la crisis y darle la mejor posibilidad a nuestro personal médico de combatir este virus.
Las recomendaciones parecen sencillas: Lavarse las manos más seguido, por al menos 20 segundos. No tocarse la cara. Mantener cierta distancia física de mínimo 1 metro o 3 pasos. Quedarse en la casa en caso de presentar síntomas. Cancelar eventos. Sin embargo, somos humanos y nos cuesta trabajo adoptarlas. Tocarse la cara es constante e inconsciente. Hasta a los profesionales de la salud se les olvida lavarse las manos. Y como latinoamericana puedo decir que la idea de distanciamiento social y falta de contacto físico me aterra.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Dado lo que sabemos del comportamiento humano, hay maneras en las que nos podemos ayudar a nosotros mismos y a los que están a nuestro alrededor a adoptar estos comportamientos:
Lavarse las manos más seguido por al menos 20 segundos
Evitar tocarse la cara, especialmente nariz, ojos y boca
Distanciamiento social y auto-reclusión
Estas medidas a nivel agregado han demostrado ser efectivas en el control de la transmisión de influenza y el COVID 19. Y aunque las medidas de distanciamiento social necesitan un impulso a diferentes niveles, como de empleadores y gobiernos, a nivel individual también podemos tomar acciones que ayuden a disminuir la exposición al virus:
A la hora de aplicar cualquiera de estas recomendaciones, ten también en cuenta que los seres humanos tenemos un termostato de riesgo, las medidas preventivas en un área nos hacen sentir que estamos “portándonos bien”, y nos sentimos con la licencia de asumir más riesgos en otra área. Por ejemplo, al usar antibacterial puede que descuidemos más cuanto tocamos nuestra cara. Tenemos que estar atentos todo el tiempo, haciendo un esfuerzo consciente constante, para así proteger a los nuestros, a los más vulnerables. Podemos así ser la primera línea de batalla que le ayude a los sistemas de salud a ganar la guerra contra este virus.
¿Dónde puedo conseguir más información?
Primero, hay que seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias de cada país. En los países de Latinoamérica el número de casos a la fecha de publicación varía; las principales recomendaciones suelen ser preventivas y recluirse si uno tiene síntomas. A 16 de marzo en España ya se habían reportado más de 9,000 casos y se espera que el número aumente — el requerimiento a los ciudadanos es que permanezcan en sus casas.
Para datos, la página de la OMS tiene la cuenta de casos detectados WHO situation dashboard.
Director, International Programmes