El ausentismo docente en las escuelas puede ser divertido para los estudiantes. Si le pedimos que recuerde un día escolar en el que faltó un profesor, probablemente vendrán a su memoria imágenes de caras sonrientes, una película o un juego afuera. Desafortunadamente, investigaciones previas han demostrado que incluso unos días de ausentismo docente, pueden afectar de manera negativa las habilidades de literatura y matemáticas de los estudiantes.
Ésta es la motivación detrás nuestro trabajo reciente con el Gobierno del Perú. Usando datos de visitas aleatorias a escuelas, encontramos que, en promedio, 7% de los profesores y 17% de los directores estaban ausentes en un día dado. Cada año esto corresponde a que los docentes pierdan 2 semanas de clases (12.5 días – aproximadamente el triple que en el Reino Unido) y los directores un mes entero (30.5 días).
¿Cómo podemos hacer que los docentes y los directores asistan a la escuela? Trabajando con el Ministerio de Educación del Perú (Minedu) y el equipo Mind, Behavior, and Development (eMBeD) del Banco Mundial, decidimos averiguarlo, diseñando un ensayo controlado aleatorio para evaluar el impacto de emails enviados por el Ministerio de Educación.
Cerca de 100,000 docentes y directores en 27,000 escuelas en Perú fueron divididos en tres grupos, y recibieron:
- no email (control)
- dos emails resaltando que la gran mayoría de los docentes están usualmente presentes en la escuela (norma social, ver figura 1), o
- dos emails enfatizando el impacto positivo que tiene la asistencia docente en el desempeño de los estudiantes (prosocial).
Figura 1: Ejemplo del email resaltando la norma social
Para medir el impacto de la intervención, planeamos que el ensayo fuese implementado en las escuelas que iban a ser parte de la encuesta nacional de escuelas que el Ministerio de Educación lleva a cabo de manera rutinaria. Asignamos de manera aleatoria las escuelas que iban a ser visitas a cada uno de los tres grupos del ensayo.
Durante la visita los encuestadores verifican directamente si el maestro está o no presente en el aulla. Esto permite obtener una medida más objetiva de la asistencia docente que los reportes de los directores (quienes, según nuestro trabajo cualitativo, a veces sub-reportan las ausencias propias y de sus docentes). Este “método de incorporación” es un gran ejemplo de cómo BIT y eMBeD buscan diseñar ensayos que sean simultáneamente rigurosos y costo-efectivos para los gobiernos.
¿Qué encontramos? Nuestros resultados muestran que los emails no tuvieron efectos sobre la asistencia docente. Sin embargo, encontramos que el mensaje de “norma social” incrementó de manera significativa la asistencia promedio de los directores de 83% a 87%.
Esto corresponde aproximadamente a 7 días menos perdidos al año por director (de 179 días) – un efecto sustancial, especialmente para una intervención que casi no tuvo ningún costo para el gobierno Peruano.
Figura 2: Impacto de los emails conductuales sobre la asistencia de los directores (gráfica en ingles)
Hay varias razones que podrían explicar por qué observamos un efecto sobre los directores pero no sobre los docentes.
Primero, la probabilidad de que los directores abrieran sus correos institucionales era el doble que la de los docentes. La diferencia en los efectos podría entonces deberse a que los directores efectivamente leyeron los correos que les enviamos.
Segundo, la asistencia de los directores era menor en la línea de base, lo que significa que tenían mayor margen para mejorar su asistencia que los docentes.
¿Qué sigue? En el futuro, seguiremos explorando más formas costo-efectivas de comunicación con los docentes, considerando opciones que hemos contemplado anteriormente (pero que excluimos por retos de implementación), como por ejemplo incluir mensajes en sus boletas de nómina. Éstas serán más difíciles de implementar que los emails, pero presentan una oportunidad de resaltar el vínculo directo entre la ausencia y sus consecuencias negativas sobre el salario – un potencial fuerte factor de motivación.