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  • 8th Jun 2016

Volviéndose global: Un nuevo reporte sobre cómo aplicar ciencias del comportamiento al ámbito de la salud.

Este reporte también está disponible en inglés

Realizarse la prueba de diabetes puede ser molesto. La prueba más barata y eficaz requiere que las personas ayunen hasta 10 horas antes .Sumado a esto, si las personas carecen de síntomas, también pueden tener poca conciencia o motivación para hacerse la prueba en los tiempos correspondientes. Los efectos pueden ser mayores costos de atención y peores resultados para los pacientes.

Escribimos este blog desde la Cumbre Mundial de Innovación para la Salud, celebrada en Qatar, donde se probó una nueva forma de abordar esta problemática en la Gran Mezquita estatal durante el Ramadán. Hamad Medical Corporation y Action on Diabetes establecieron 20 estaciones de detección donde se invitó a los fieles en la oración de Juma a hacerse el test. Este grupo había estado ayunando desde el amanecer, nueve horas antes. 

Casi un tercio de las personas evaluadas tenían diabetes o prediabetes, sin darse cuenta. En consecuencia, aquellos que resultaron ser prediabéticos fueron referidos a programas de educación dietética y nuevos hábitos para prevenir o revertir el avance de esta indeseable enfermedad.

Este ejemplo ilustra un principio más general: las personas de todo el mundo son más receptivas a las intervenciones de salud en ciertos momentos de su día, semana, calendarios culturales o en etapas particulares de sus vidas. Hemos recopilado algunos de estos principios en un nuevo informe: Aplicando ciencias del comportamiento: formas simples de mejorar la salud, que se presentó en la cumbre de esta semana.

El informe presenta ejemplos de cómo se pueden utilizar las ciencias del comportamiento para mejorar la salud de las personas en todo el mundo. Las ganancias potenciales son enormes, particularmente en los países en desarrollo. Se pueden lograr reducciones importantes en la mortalidad infantil ayudando a las personas a realizar acciones simples como asistir a las citas de vacunación o usar mosquiteros de manera más eficiente.

Al mismo tiempo, la obesidad y sus efectos asociados ya no se limitan solo al mundo occidental. Con cada 10% de aumento del producto interno bruto (PIB) en los países en desarrollo, el retraso del crecimiento infantil disminuye en un 6%, pero la obesidad aumenta en un 7%. Dado que estos desafíos son de comportamiento y cada vez más universales, tenemos mucho que ganar si compartimos “lo que funciona” en todo el mundo.

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