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Ciencias del comportamiento en los campos ganaderos de Argentina: reduciendo la tuberculosis bovina

Blog 28th Aug 2020

¿Podrán poner en práctica lo que estamos dictando en este curso o sus apuntes terminarán en el fondo de un cajón? Si alguna vez tuviste que facilitar un taller o una capacitación seguramente esta pregunta te resulte familiar. 

Motivados por nuestra misión de capacitar a nuestros aliados, BIT ha facilitado más de mil talleres en la última década – desde entrenamientos rutinarios a funcionarios de gobiernos centrales y municipales hasta programas a la medida, como la alianza con el programa de Educación Ejecutiva de la Universidad de Harvard para capacitar a funcionarios en Nigeria, entre otros. 

A comienzos del año 2019, mi colega Stewart Kettle y yo fuimos invitados por el Laboratorio de Innovación Social de AGESIC (Uruguay) a dictar un taller sobre nuestra metodología para aplicar las ciencias del comportamiento. El programa era conocido para nosotros, lo que hacía especial este taller eran los participantes que venían de diferentes laboratorios de innovación gubernamentales en la región latinoamericana y por lo tanto tenían muchísima experiencia en el diseño e implementación de políticas públicas. Los participantes estaban ya familiarizados con nuestro enfoque centrado en las personas pero venían ilusionados por aprender cómo nuestro énfasis en comportamientos y en evaluación rigurosa podría complementar su metodología.

A pesar de nuestro entusiasmo por trabajar con este grupo tan experimentado en el plano de innovación, no me abandonaba la duda de si los materiales y lecciones que habíamos preparado con tanto esmero podrían terminar en el fondo de un cajón. Sería comprensible, numerosos estudios documentan la brecha entre nuestras intenciones y acciones. Hasta que logré reconectar con un participante, Jonatan Ol Beun. Su historia nos demuestra que los talleres y capacitaciones sí pueden resultar en proyectos con alto impacto social. Por eso lo invitamos a compartir su experiencia en nuestro blog, esperando que podamos aprender lecciones desde su perspectiva aplicada. ¡Gracias de nuevo, Jonatan! 

Llevando lecciones del salón de clases al mundo real

Siendo un apasionado de las ciencias del comportamiento, aprender del BIT es para mí el equivalente a ir a Disneylandia siendo un niño. Hace un año, ir a Disneylandia se volvió realidad. Gracias a la invitación del Lab de AGESIC y el apoyo del Laboratorio de Gobierno de Argentina tuve la oportunidad de participar de un taller en donde aprendí sobre las metodologías y mejores prácticas del BIT. Alexandra y Stewart combinaron la teoría con un abordaje práctico y respaldaron el taller con casos reales en los que ellos habían trabajado. Esto no solo me permitió adquirir herramientas concretas, sino que también alimentó mi apetito por querer aplicar las ciencias del comportamiento para mejorar políticas públicas.

Volví a la Argentina entusiasmado por lo que había aprendido y junto al equipo del Laboratorio de Gobierno de Argentina y SENASA nos embarcamos en un proyecto para reducir la tuberculosis bovina (TB) en el país.

Sí, sabíamos que no era la temática más común ni popular para aplicar ciencias del comportamiento pero SENASA había confiado en nuestro equipo y para ellos la problemática era una piedra en el zapato. La TB representaba una pérdida económica anual de 7 millones de dólares, generaba que se desechen 19.000 kilos de carne por día, y también podía llegar a afectar a la salud pública de las personas.

En los siguientes párrafos voy a compartir cómo aplicamos la metodología TESTS –Target, Explore, Solution, Trial y Scale– del BIT para abordar este desafío complejo.

TARGET (FOCALIZACIÓN)

El primer paso de la metodología implica identificar los comportamientos específicos que se buscan modificar y definir las métricas para saber la efectividad de la intervención.

Para nosotros, la meta era clara: reducir la tuberculosis bovina en el país. Sin embargo, lo que no nos quedaba claro era qué comportamientos específicos eran los que debíamos modificar para cumplir nuestro objetivo. Con el fin entender mejor la problemática, mapeamos, junto al equipo de SENASA, a los principales actores involucrados y esquematizamos el proceso de toma de decisiones de los veterinarios y productores. Además, identificamos potenciales comportamientos a modificar y construimos diferentes hipótesis sobre posibles causas que influían en los comportamientos no deseados. 

El proceso, en resumen, funcionaba de la siguiente manera: los productores contrataban a veterinarios para realizar diagnósticos en sus bovinos y revisar que no haya ninguna vaca positiva de tuberculosis. Si una vaca era positiva, debía ser eliminada; si todas las vacas resultaban negativas, el veterinario emitía un certificado libre de tuberculosis bovina para el productor. Este certificado era parte de una normativa del gobierno y servía para realizar diferentes trámites.

EXPLORE (EXPLORAR)

“El escritorio es un lugar peligroso desde donde mirar el mundo” -John Le Carré-. El segundo paso de la metodología se focaliza en empatizar con el usuario a través de una lente etnográfica. Esto puede involucrar desde entrevistas en profundidad hasta observaciones en el campo de los comportamientos de las personas.

Argentina es el octavo país más grande del mundo y tiene actividades ganaderas en gran parte del territorio. A modo de brújula, utilizamos un mapa de calor identificando la prevalencia de la enfermedad a lo largo del país. Esto nos permitió elegir una región con alta prevalencia de la enfermedad y ser más eficientes y efectivos en la investigación de campo.

*Mapa con geolocalización de los productores según su relación con la tuberculosis bovina generado por SENASA.

Durante la investigación en el territorio identificamos que muchos veterinarios emitían certificados no verídicos sobre el estado de la tuberculosis bovina de los productores. Esto se debía a que tenían la percepción de que no había controles estrictos de parte del gobierno. Como consecuencia, los certificados libres habían perdido credibilidad. Tal como nos mencionó un productor:

Quería agrandar mi producción y compré 15 vacas de otro productor que me mostró el certificado. De repente, pasé de ser libre de tuberculosis bovina a tener una prevalencia de casi 30% sobre mi ganado”.

 

*Entrevistando a un veterinario en un campo de uno de sus clientes.

SOLUTION (SOLUCIÓN)

El tercer paso de la metodología es diseñar potenciales soluciones que puedan generar un cambio comportamental en los usuarios a favor del bienestar general. arcos como EAST y MINDSPACE son una buena guía para co-crear soluciones junto al equipo de trabajo.

En base a los hallazgos de la etapa de exploración, comprendimos que el principal comportamiento que debíamos modificar era el de los veterinarios gestores, un arquetipo de veterinarios que acuñamos junto al equipo basado en la investigación etnográfica. Estos veterinarios compartían la percepción de que las probabilidades de ser descubiertos por sus malas prácticas eran muy bajas. Esto generaba un sesgo de optimismo con respecto a las potenciales consecuencias de trabajar fuera de la normativa. Consecuentemente, se había generado una norma social negativa en donde emitir certificados falsos se había convertido en moneda corriente. Sumado a esto, pudimos identificar que los veterinarios cumplían un rol clave como asesores y mensajeros hacia los productores. Es por esto que modificar el comportamiento de los veterinarios podía llegar a tener un efecto multiplicador hacia los productores en donde se les remarque la severidad del problema.

Con este objetivo, diseñamos dos correos electrónicos diferentes. El primero era más formal y tenía un tono severo. Remarcaba que iban a haber controles más estrictos en la actividad de los veterinarios. El objetivo de este mensaje era contrarrestar la percepción de los veterinarios sobre la falta de consecuencias por parte del gobierno en caso de incumplir la norma. Para el segundo mensaje incluimos una frase y una imagen llamativa de una vaca con tuberculosis que apelaba al lado emocional del receptor.

TRIAL (TESTEAR)

Un paso fundamental de la metodología es probar el impacto de las intervenciones a través de métodos rigurosos como los Ensayos Controlados Aleatorizados (ECA). Éste método no sólo es una forma efectiva de medir el impacto de estrategias basadas en las ciencias del comportamiento, sino que también permite recoger aprendizajes sobre la intervención previo a escalarla.

Para evaluar la efectividad de nuestros correos electrónicos, realizamos un piloto en dos regiones diferentes. Seleccionamos 201 veterinarios en cada región y les enviamos uno de los dos mensajes según la región en la que se encontraban (grupos de intervención). Luego, analizamos si en estas dos regiones hubo un cambio comportamental en comparación a los veterinarios del resto del país quienes no habían recibido ningún correo electrónico (grupo de control). Después de un mes de haber enviado los correos, pudimos observar un incremento neto del 5,6% en reportes sobre nuevas actividades de diagnóstico de TB por parte de veterinarios y productores que habían recibido el mensaje “A”, y un incremento neto del 1,5% en los receptores del mensaje “B”, comparados con los veterinarios y productores en el grupo de control.

APRENDIZAJES PARA NO TROPEZAR (o para que el tropiezo no sea tan fuerte)

Leer un artículo sobre un proyecto finalizado que -por suerte- tuvo resultados positivos puede generar la sensación de que el camino fue claro y simple. No se dejen engañar, el proceso fue sumamente engorroso. Las trabas burocráticas, políticas y técnicas eran parte de nuestro día a día. Si estás embarcándote en aplicar ciencias del comportamiento en el diseño de políticas públicas, te comparto algunos aprendizajes que pueden serte útiles.

  • No ser un experto sobre una temática -en nuestro caso, tuberculosis bovina- puede generarte inseguridad. Sin embargo, esa misma falta de conocimiento también puede ser una ventaja ya que permite tener una visión sin sesgos sobre el desafío y facilita el proceso de convertir supuestos dados por hechos en hipótesis a comprobar.
  • Tener datos cuantitativos para analizar problemáticas es importante pero no complementarlo con un abordaje etnográfico representa una visión limitada de la realidad. Detrás de los números hay personas tomando decisiones e historias llenas de aprendizajes valiosos para el proyecto. ¡La mejor manera de capturar estos hallazgos es saliendo al territorio!
  • EAST es una herramienta útil, no solo para pensar intervenciones, sino también para construir capacidades en los equipos ajenos a las ciencias del comportamiento. Tener un marco metodológico común facilita la colaboración en el proyecto, una pieza fundamental para construir un proceso de trabajo basado en la confianza.
  • Realizar ECAs rigurosos no siempre es posible. Requieren una gran cantidad de datos en formatos utilizables -y un socio que quiera compartirlos-. Sin embargo, tener algunos resultados es mejor que no tener ninguno. En nuestro caso, aunque no pudimos realizar un análisis estadístico riguroso, sí encontramos algunos resultados cuantitativos al comparar el número de productores que cumplían con la normativa antes y después de nuestra intervención en los grupos de tratamiento con la misma cifra para el grupo de control. Finalmente, es importante mencionar que los resultados que obtuvimos eran consistentes con los hallazgos de nuestra investigación de campo. Además, los oficiales de SENASA complementaron los resultados cuantitativos con respuestas cualitativas en donde mencionaron que notaban un cambio de comportamiento de los veterinarios. 

Tomar iniciativa y comenzar a trabajar en un proyecto aplicando ciencias del comportamiento puede ser intimidante. Yo también sufrí el síndrome de la página en blanco y desperdicié mucho tiempo esperando “el momento correcto”. Si te sentís identificado con esta sensación, la buena noticia es que no estás solo. Existe una comunidad internacional muy generosa dispuesta a ayudar y compartir herramientas y buenas prácticas. Espero que leer sobre mi experiencia te sirva como motivación y que mis aprendizajes te eviten algunos tropiezos en el camino.

Sería injusto cerrar este artículo sin antes dar reconocimiento a las personas que trabajaron junto a mí en el proyecto o contribuyeron a que sucediera. Agradecimientos especiales para Rudi Borrmann, Ricardo Negri, Matias Nardello, Malena Temerlin, Tomas Dominguez Vidal, Pablo Fernández Vallejo, Lucas Gamarnik y Francisco Munilla.

Authors

Jonatan Ol Beun

Professor of Innovation at Torcuato Di Tella University

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