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Superando la Sequía: Enfoques Innovadores y Soluciones Sostenibles en la Gestión del Agua

  • Blog
  • 24th May 2024

En un mundo donde los recursos hídricos están cada vez más amenazados por la sobreexplotación y el cambio climático, la necesidad de contar con estrategias innovadoras para conservar el agua es más crítica que nunca. América Latina se enfrenta a desafíos significativos en la gestión y conservación de los recursos hídricos, siendo la escasez de agua un problema urgente en varios países de la región, como Chile, México, y Colombia.

A pesar de los esfuerzos locales para reducir el consumo de agua, la situación es compleja y está influenciada por múltiples factores. Entre estos, destacan el crecimiento poblacional y el cambio climático, que se manifiestan en eventos climáticos extremos como el fenómeno El Niño, afectando los niveles de precipitación en la región. Otros factores comunes en estos países incluyen la contaminación de fuentes hídricas, la deforestación y la sobreexplotación de acuíferos.

Un elemento clave en la búsqueda de prácticas sostenibles de gestión del agua, es la implementación de estrategias que integren las ciencias del comportamiento en el desarrollo de soluciones. A través de la comprensión de los patrones y motivaciones del comportamiento humano, es posible optimizar el consumo de agua, promover su conservación y fomentar un cambio significativo en el manejo de este recurso. Esta aproximación es evidenciada en El pequeño libro de los estímulos verdes, donde se exploran estrategias basadas en la ciencia del comportamiento para impulsar la sostenibilidad ambiental. Al aplicar estos insights, podemos diseñar políticas y programas que incentiven prácticas más sostenibles, no solo en la gestión del agua, sino en diversos aspectos relacionados con la protección del medio ambiente. A continuación presentamos algunas ideas sobre cómo las ciencias del comportamiento han sido aplicadas para enfrentar este desafío.

El rol del consumidor en la reducción del consumo de agua

En el 2014, a través de la aplicación de conceptos comportamentales y el uso de las normas sociales, Costa Rica implementó intervenciones dirigidas para reducir el consumo de agua en los hogares. Herramientas como proporcionar retroalimentación sobre los niveles de consumo a través de las facturas de agua, establecer metas de reducción y resaltar comparaciones con los vecinos llevaron a una reducción significativa en el consumo de agua. Esta experiencia ha sido un referente para otras regiones que buscan inspirar el cambio de comportamiento en los esfuerzos de conservación del agua.

En esta misma línea, en 2019 en el Reino Unido, a través del rediseño de las facturas de agua se buscó fomentar la reducción del consumo de agua. A través de conceptos como la comparación social y las representaciones visuales y metáforas sobre el uso del agua, los consumidores fueron incentivados a entender mejor sus niveles de consumo y reducir el nivel de gasto en los hogares. Al incorporar estos estímulos conductuales, se lograron reducciones de consumo significativas en el uso del agua.

Otras oportunidades de reducción del consumo están vinculadas al uso de dispositivos con menor impacto ambiental. Un ejemplo de ello es la promoción de electrodomésticos eficientes en energía en el Reino Unido. Al reformular la información en las etiquetas energéticas para enfatizar las reducciones de consumo a largo plazo, los consumidores estuvieron más inclinados a optar por opciones que cuidaran el medio ambiente. Estos aprendizajes pueden ser transferidos a otros temas como el consumo del agua.

Asimismo, es clave pensar en otras medidas que pueden favorecer, de forma indirecta, la reducción en los niveles de consumo de agua. Una de estas medidas es la reducción del desperdicio de alimentos. Este tema no solo es crucial para la sostenibilidad alimentaria, sino que también tiene un impacto significativo en la conservación del agua. Intervenciones basadas en las ciencias del comportamiento han logrado generar disminuciones considerables en la cantidad de alimentos desechados a través de nudges o pequeños empujones conductuales. Este enfoque no solo ayuda a mitigar el desperdicio alimentario, sino que también conserva recursos hídricos al reducir la necesidad de agua para la producción de alimentos que finalmente no se consumen. 

El papel de las empresas privadas en el cuidado del agua

Una respuesta comprehensiva a los retos en torno al manejo de agua debe estar complementada por la colaboración con el sector privado. Las empresas, juegan un papel fundamental en la gestión del agua tanto en sus operaciones como en la interacción con sus empleados. Desde la creación de programas de certificación de empresas responsables con los recursos hídricos hasta el desarrollo de programas para promover conductas ambientalmente amigables entre sus empleados, las ciencias del comportamiento nos ofrecen una guía para el desarrollo de iniciativas de reducción de consumo al interior de las empresas.

La aplicación de ciencias del comportamiento a la industria hotelera es un ejemplo claro de cómo las empresas pueden integrar estos conceptos a su operación. Mediante el uso de nudges, en este caso señalización que apelaba tanto al compromiso público como a las normas sociales, se incentivó a los huéspedes a reutilizar sus toallas. En este estudio realizado en Chile, se encontró que los huéspedes eran más propensos a reutilizar sus toallas cuando se les informaba que otros huéspedes ya lo habían hecho, y que esta conducta incrementa al mencionar que previos huéspedes de la misma habitación habían adoptado esta práctica. A través de esta estrategia no solo se redujo el uso de agua, sino también el consumo de detergentes y energía necesaria para el lavado de las toallas. En casos como estos, las empresas no solo contribuyen positivamente al medio ambiente, sino que pueden beneficiarse de una reducción en sus costos operativos.

Las empresas también pueden utilizar insights comportamentales como las normas sociales o estrategias como la gamificación para promover conductas más favorables con el medio ambiente en sus empleados. A través de retos o programas que generen incentivos para la reducción en el consumo, se pueden generar estrategias efectivas para promover la responsabilidad y la acción colectiva. Esto mediado por beneficios que motiven a los empleados a participar, como horas libres y bonificaciones económicas para los ganadores.

Un ejemplo de cómo estos principios pueden aplicarse en el lugar de trabajo es el proyecto donde se utilizaron insights comportamentales para fomentar el ahorro de energía en el entorno laboral. En este proyecto, se implementaron intervenciones como la retroalimentación comparativa y el uso de normas sociales para influir en el comportamiento de los empleados. Estas mismas estrategias pueden adaptarse para la gestión del agua en el lugar de trabajo, alentando a los empleados a adoptar prácticas más sostenibles a través de la comparación de su consumo de agua con el de sus compañeros y la promoción de comportamientos deseados, como reducir el tiempo en el uso de grifos y optimizar el uso de recursos hídricos en la oficina. De esta manera, las empresas pueden crear un entorno laboral más sostenible y motivar a los empleados a contribuir activamente a la conservación del agua.

Reducción del consumo de agua en la agricultura

Un tercer actor clave en el cuidado de los recursos hídricos es el sector de la agricultura. Iniciativas como el Proyecto Cane Changer en Australia ejemplifican el potencial de las intervenciones para fomentar prácticas agrícolas amigables con el cuidado del agua y el medio ambiente. A través de programas de acreditación, esfuerzos de consolidación de comunidades de cuidado y estrategias de proyección de identidad, los agricultores han adoptado prácticas ambientalmente amigables en su trabajo, asegurando el futuro de los recursos hídricos y la biodiversidad de la gran barrera de coral. 

Podemos encontrar soluciones a la crisis hídrica aplicando las ciencias del comportamiento

Estas y otras estrategias de gestión del agua basadas en las ciencias del comportamiento ofrecen un camino transformador hacia la utilización sostenible de los recursos. Al aprovechar las percepciones y motivaciones humanas, podemos impulsar colectivamente una cultura de conservación y responsabilidad hacia nuestros recursos hídricos. Centrarse en enfoques innovadores teniendo presente el comportamiento humano es clave para fomentar un futuro más sostenible y seguro para las generaciones futuras.

Si quieres saber más sobre cómo aplicar las ciencias del comportamiento para reducir el consumo de agua, contáctanos aquí.

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