Lucía está cansada. Tiene un trabajo a tiempo completo, tareas domésticas y dos hijos pequeños. Llevar a sus hijos a la escuela es un trabajo en sí mismo. Esta mañana, su hijo de 8 años se queja de que no tiene ganas de ir al colegio, mientras su hija pequeña hace un berrinche y amenaza con hacerla llegar tarde al trabajo.
«Creo que Federico solo faltó unas pocas veces al colegio este mes… una falta más está bien». Lucía sabe lo importante que es la educación para el futuro de su hijo, pero piensa que faltar unos días por mes está bien.
La historia de Lucía es común en Uruguay, que tiene una de las tasas de ausentismo escolar más altas de América Latina, a pesar de los esfuerzos por mejorar la asistencia. Las cuestiones estructurales, como la situación socioeconómica, contribuyen a este problema, pero también influyen las creencias y otros factores psicológicos de las personas. Las ciencias del comportamiento aplicadas pueden ser una herramienta útil para abordar estas barreras.
Reducir el absentismo en un 6%
El Laboratorio de Perspectivas Comportamentales de Ceibal y el BIT lograron reducir el ausentismo escolar en un 6% (equivalente a 1,7 días por año académico) a través de una intervención comportamental multicomponente.. En total, el impacto de la intervención se tradujo en 16.920 días adicionales de asistencia a la escuela.
Diagnóstico de las barreras comportamentales
Ceibal es el centro de innovación educativa con tecnologías digitales del Estado uruguayo y se asoció con el BIT para mejorar la asistencia a la escuela primaria. Empezamos analizando los datos de asistencia y realizando una investigación cualitativa en profundidad. Entrevistamos a padres, madres y docentes, lo que reveló múltiples barreras comportamentales relacionadas al ausentismo escolar, entre ellas:
- Falta de conocimiento: Los padres y madres no tienen una buena noción de cuánto es aceptable faltar a clase o cuántas ausencias ya tenían sus hijos.
- Saliencia y sesgo de supervivencia: Las escuelas se centran sobre todo en los alumnos con muchas ausencias consecutivas. Estos casos son los que más se destacan en la mente de los docentes.
- Sesgo de optimismo: Los padres y madres piensan que sus hijos no faltan más a clases que otros estudiantes y subestiman sistemáticamente sus ausencias totales acumuladas.
Sin embargo, los padres y madres saben que la educación es fundamental y comprenden su responsabilidad a la hora de escolarizar a sus hijos.
Evaluar una carta, un folleto, un calendario y un chatbot
Para hacer frente a estos obstáculos, Ceibal y BIT replicaron una intervención comportamental que se había evaluado con éxito en escuelas de Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, no sólo lo adaptamos al contexto local sino que también añadimos algunas innovaciones.
De marzo a diciembre del 2023, realizamos un experimento a gran escala a través de un ensayo controlado aleatorizado de 3 brazos (dos tratamientos y un control). Participaron 210 escuelas y familias de 29.851 estudiantes de 1º a 3º grado. Las escuelas se encontraban en seis departamentos, incluidos Artigas y Montevideo, que tienen algunas de las tasas de ausentismo más altas de Uruguay.
El primer grupo tratamiento recibió la intervención completa:
- Se enviaron por correo tres cartas personalizadas a las familias a lo largo del curso escolar en las que se les informaba el total de faltas de sus hijos/as (cartas similares resultaron efectivas en otros países), además de:
- Un folleto sobre la importancia de asistir a la escuela, consejos para mejorar la asistencia y un compromiso para que los padres firmaran diciendo que enviarían a sus hijos/as a la escuela, junto con
- Un calendario para hacer un seguimiento de los días de escuela que sus hijos/as habían perdido al quedarse en casa.
- También creamos un chatbot de WhatsApp que enviaba a los docentes un informe mensual de las inasistencias de sus estudiantes.
El calendario mantiene las ausencias escolares en la mente de padres e hijos/as cuando marcan la asistencia y los días perdidos.
La carta personalizada enviada a las familias.
En el segundo grupo de tratamiento estaba compuesto únicamente por docentes que recibían informes mensuales por WhatsApp. Se compararon los resultados de los tratamientos con los del grupo de control, que no recibió ninguna comunicación (status quo).
El resultado: mayor asistencia a un costo relativamente bajo
Los alumnos/as del grupo de tratamiento completo experimentaron una reducción del 6% de las ausencias, es decir, 1,7 días de clases, en comparación con el grupo de control.
El tratamiento completo tuvo el mayor impacto en las escuelas con estudiantes más vulnerables, donde el ausentismo suele ser mayor. En estas escuelas, se produjo una reducción del 6,8% de las ausencias, es decir, 2,2 días de clases.
Los efectos también fueron mayores para aquellos con niveles de asistencia medios. La mayoría de los/as alumnos/as pertenecían a este grupo. No eran los que más faltaban a clase, pero tampoco tenían una asistencia perfecta. En este segmento de estudiantes observamos una reducción del 7,6% en las ausencias.
Este resultado es particularmente relevante para las ciencias del comportamiento aplicadas. A menudo, los esfuerzos sobre cambios comportamentales se centran en el «medio modificable» en lugar de en las personas que ya realizan el comportamiento deseado (alumnos con buena asistencia) o en los que es muy poco probable que cambien (alumnos con la peor asistencia). En estos últimos casos, los obstáculos a la asistencia son probablemente de naturaleza más estructural, lo que puede requerir estrategias más profundas para abordarlos.
Los resultados y mejoras de nuestra intervención fueron más costo-efectivos en comparación con estudios similares. El tratamiento completo ayudó a casi 10.000 estudiantes a aumentar su asistencia. En total, se ganaron alrededor de 16.920 días adicionales de clase por sólo 2,50 dólares al día.
Sin embargo, el segundo grupo tratamiento, formado solo por docentes, no mostró ningún efecto sobre las ausencias de los estudiantes. Los docentes desempeñan un papel importante, pero puede que concientizarlos sobre las ausencias mediante informes mensuales no sea suficiente para generar un impacto en reducir ausencias.
De la evidencia a la política pública: Escalar la intervención a nivel nacional
Ceibal y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) planean enviar cartas personalizadas a los padres de alumnos y alumnas en situación de riesgo de 1º a 3º de primaria de todo el país (unos 50.000 alumnos en total) como parte del nuevo plan educativo. Si tiene éxito, podría suponer la asistencia a 110.000 días de clase que, de otro modo, se perderían.
Nuestro colaboración es un ejemplo del impacto positivo que las ciencias del comportamiento pueden tener en las políticas públicas. Este experimento fue uno de los primeros que realizó el Laboratorio de Perspectivas Comportamentales de Ceibal. A principios de 2023, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, Ceibal y el BIT establecieron la estructura y la teoría del cambio de este equipo.
Impulsando el cambio en su sistema educativo
Esperamos que este caso de éxito inspire a otros países y gobiernos latinos al uso de evidencia para el diseño de políticas públicas y replicar este estudio. La mayoría de las investigaciones en ciencias del comportamiento se han realizado en sociedades WEIRD (acrónimo en inglés para sociedades occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas), lo que limita la generalización de los hallazgos. El BIT ha realizado trabajos similares en centros preescolares estadounidenses, por ejemplo.
El impacto de esta intervención en Uruguay nos da más confianza en que las cartas personalizadas haciendo uso de las normas sociales pueden aumentar la asistencia de los estudiantes en varios lugares diferentes de todo el mundo.
¿Se enfrenta a problemas similares en su sistema educativo? Póngase en contacto con nosotros aquí para explorar la aplicación de las ciencias del comportamiento a los desafíos que enfrenta, desde el ausentismo hasta el rendimiento educativo.
